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Me gustaría dejar de estar sometido a fuerzas que no son las biológicas o físicas, poderes del estado o soberanías creadas a través de un largo proceso de revoluciones y guerras. Para mí lo esencial sería volver a lo natural, vivir en tribus como los aborígenes que aún quedan en algunas partes del mundo, en algunas islas quizá. Leí una vez que el porcentaje de personas depresivas en este tipo de sociedades primitivas es muy poco por lo que deben estar haciendo algo bien. Vaya sueño, nunca volveremos a eso, con lo único que me puedo conformar es con imaginarme la destrucción del control, la ciencia y tecnología, herramientas que han hecho que el ser humano viva más y se mate entre ellos, que me permiten escribir esto. Deseo la propia destrucción mía y la del hombre, quiero volver a algo básico e irrefutable, algo sin duda y animal, instintivo. Como un gato en medio de la noche observando polillas elevarse sobre el pasto hacia la luz de los postes, caminando lentamente sobre la hierba cuidando que cada pata no haga mucho ruido, acechando. Me acostumbraría a ver, agachado sobre la tierra y el polvo, cómo las hormigas caminan, escalan murallas y se llevan trocitos de moscas de a una, pasaría toda la vida observando sus movimientos erráticos, sería suficiente para mí, lo convertiría en mis pasatiempos mientras comprueban con sus antenas si algo es útil para devolverlo a la colonia; siguen su camino pensando en nada. Hablo mucho del ser humano sabiendo muy poco, y no se mucho de nada por lo que lo sensato sería callarme, pero no puedo, hay algo que me alega: yo me conformo con solo mirar ¿es mucho pedir? no me importa ser ignorante, pero me veo obligado a hacer weás, weás que de verdad no quiero hacer, fines y motivos que no son míos, hay algo que me da asco dentro, bien adentro. Que se vaya todo a la conchesumadre.